La ley de la balanza





    A la hora de diseñar una imagen, hay que tener en cuenta la composición, ya que al colocar los elementos visuales de una manera concreta se le otorga a dicha imagen de una función.

    Uno de los criterios compositivos es la ley de la balanza, que consiste en colocar dos figuras o grupos de figuras semejantes en tamaño, color, textura o significado a la misma distancia del centro de la composición donde se sitúa el personaje central o centro de atención principal de la obra.
    Recibe este nombre porque el esquema de composición se asemeja a una balanza de dos platillos con un vástago central. Esta composición crea un equilibrio que produce sensación de dinamismo.

    A continuación, vamos a ver cuatro ejemplos explicados para ver más claro en qué consiste:





    En esta imagen podemos ver que el elemento principal es la silueta de la botella, porque tiene el mayor tamaño y está situada en el centro de la composición. A los lados, en la parte superior, se encuentran los elementos secundarios de la balanza: a la izquierda, la silueta de un hombre y a la derecha, la de una mujer y un niño. Estas figuras no son iguales, pero sí son semejantes, porque ambas son siluetas de personas, del mismo color y además guardan la misma distancia con el elemento principal, la botella.  Con esta composición se consigue un sencillo recorrido visual, con pocos elementos y de fácil identificación que refuerzan el mensaje, provocando en el espectador una sensación de equilibrio y armonía.




    En este anuncio, podemos ver que el elemento principal es la silueta del botellín de refresco, con el nombre de la marca en el centro, que es lo primero que se percibe. Esta silueta está delimitada por los otros dos elementos que componen la balanza: el tenedor, a la izquierda, y el cuchillo, a la derecha. Las figuras de los cubiertos comparten las mismas proporciones, color y distancia respecto a la botella, aportando a la composición un mayor equilibrio visual para el espectador. Al igual que en el anterior ejemplo, al haber pocos elementos y que estos sean tan sencillos a la vista, el mensaje es mucho más potente.




    Este anuncio tiene como elemento principal de la composición una botella de zumo situada en el centro. Al fondo se disponen un conjunto de elementos -frutas y verduras- que se repiten rotando alrededor de dicho zumo, siguiendo una simetría rotacional, que se produce con respecto a un punto que coincide con el centro de la imagen, donde está la botella. La colocación de los elementos tan proporcional y simétrica hacen que sea inevitable que la vista se vaya al centro de la imagen. De esta manera, se exalta tanto el zumo que acapara toda tu atención de forma hipnótica. 

    
   
       
    Esta imagen podemos ver que el elemento principal es la pasta de dientes, situada justo en el centro de la composición. La pasta de dientes une a los otros dos elementos de la balanza: los cepillos de dientes. Estos cepillos son prácticamente iguales, solo les diferencia el color del mango, lo cual hace que ninguno destaque por encima del otro y la imagen se vea mucho más equilibrada. Esta composición no es tan simétrica como la de los ejemplos anteriores, pero aún así la ley de la balanza funciona muy bien porque consigue que el elemento central esté tan resaltado que sea en lo único que puedas fijarte. 


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La retórica visual